¿Sientes que el agotamiento te persigue, aunque desde fuera parezcas tenerlo todo bajo control? Esa dificultad para conciliar el sueño, la necesidad imperiosa de revisar una y otra vez si cerraste el gas, si tus palabras fueron las correctas, o si tu futuro está perfectamente planificado… Es una sensación que, a menudo, pasa desapercibida para los demás, que solo ven tu aparente éxito y funcionalidad.
Pero por dentro, la historia es diferente: una tensión constante, un bucle infinito de pensamientos, repeticiones y comprobaciones. Una búsqueda incesante de certeza que, lejos de darte paz, te consume.
El control: Una falsa solución que te encadena
El control se disfraza de calma, de seguridad. Sin embargo, en su esencia, es miedo. Miedo a equivocarse, a no estar a la altura, a que las cosas salgan mal, a revivir el dolor.
El verdadero problema no es solo que intentes controlar las circunstancias externas. Es que terminas por controlarte a ti mismo: tus emociones, tus reacciones, tus deseos, tus relaciones. Cuando tu vida se convierte en una estrategia de evitación constante, dejas de vivir plenamente. Empiezas, simplemente, a sobrevivir.
Lo que te mantiene «a salvo» te impide avanzar
La búsqueda de «más control» ofrece una engañosa sensación de seguridad. Pero, irónicamente, también te frena. Te impide experimentar lo nuevo, fluir, improvisar, confiar en el proceso y disfrutar del presente.
Hazte esta pregunta: ¿Cuántas oportunidades has dejado escapar por no tener «todo claro»? ¿Cuántas conversaciones importantes, decisiones cruciales o momentos de placer has pospuesto por miedo a perder ese supuesto control?
Soltar no es perder: Es transformar tu libertad
Recuperar tu libertad no significa rendirse o perder el control de tu vida. Significa cambiar de estrategia. El control excesivo te agota, te resta energía. Aprender a soltar aquello que no depende de ti es, en realidad, un acto de profunda liberación.
Esto no es sinónimo de despreocupación o inconsciencia. Es un signo de madurez emocional. Se trata de desarrollar la capacidad de diferenciar entre lo que puedes gestionar activamente y lo que, simplemente, necesitas aceptar.
Primeros pasos para soltar el control mental
¿Cómo empezar a desatar esos nudos mentales?
- Observa tus patrones de control: ¿Qué acciones realizas cuando sientes la necesidad de seguridad?
- Identifica tus miedos profundos: ¿Qué crees que sucedería si no controlaras esa situación o emoción?
- Acepta la incertidumbre: Es una parte inevitable de la vida. No es cómoda, pero tampoco es una amenaza constante.
- Conecta con tu cuerpo: Prácticas como la respiración consciente, caminar o simplemente sentir tus sensaciones pueden anclarte en el presente, el único lugar donde tus miedos futuros no existen.
- Busca apoyo profesional: Soltar no es claudicar. Es un acto de confianza en ti mismo y en tu capacidad para sostenerte, incluso sin tener todo «atado». En este proceso, contar con la ayuda de un experto puede marcar una gran diferencia.
Si estas palabras resuenan contigo, es posible que estés en el momento perfecto para dejar de luchar contra ti mismo. Es el momento de empezar a construir una vida marcada por la calma, la flexibilidad y un mayor sentido de propósito.
¿Listo para dar el primer paso hacia una vida con menos tensión y más libertad?
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Carlos Ruiz León
Psicólogo en Córdoba especializado en ansiedad, depresión, trauma y procesos de crecimiento personal.